1/04/18
1:50 pm

Ya no son épocas de ver lanzar a un hombre de tez muy negra y un número 27 muy suyo en el dorsal, alguien que sudaba mucho pasado el segundo inning y muchas veces llevaba una enguatada azul que ocupaba tres cuartos de su mano. Un tipo amenazador sobre el montículo, de movimientos un poco raros y que como muchos lanzadores, tenía la manía o el ritual de brincar la raya de cal cuando mataba cada inning. Si por él fuera, no existirían descansos de cinco días ni límites de lanzamientos. Su sangre es el béisbol, su vida la pelota.
Cuando vestía el traje de los Leones, se olvidaba de todo. Por Industriales largaba el brazo, la vida y lo que fuera necesario. Si había que ganarle a Contreras primero y luego a Lazo, pues lo hacía, sin más, en partidos consecutivos, para luego ir en busca del milagro en un tercero, siempre como abridor, y encaramarse al box con una sacrolumbagia de tres pares… propia de un tipo cuarentón. Aunque no pudo bajar el milagro, para todo aquel que vivió ese momento, siempre quedará el perfecto recuerdo de esto que hoy narro, aquel play off ante Pinar del Río de inicios de milenio.
Pero ya no es antes, cuando en un mismo equipo había tres Lázaro. Uno en la antesala, Vargas, antipático para muchos, pero estelar por sí solo; Valle, uno de los pitchers más veloces que ha parido Industriales y Cuba, el del juego perfecto allende los mares, y De la Torre, el bien llamado Brazo de Hierro de la capital, un ser humano que nació para respirar siempre el aroma del beisbol y pasar mucho trabajo bajo el sol enfurecido que emana de su estadio 50 Aniversario, céntricamente ubicado, allí, a un costado de la Plaza de la Revolución.
Si me preguntan, De la Torre es una suerte de Dios del sacrificio por la pelota. Desde su época de jugador eso quedó al descubierto, cuando jugaba lo mismo que primera, torpedero o center field, y terminara como lanzador, posición con la que empezó con Metros y en breve brincó para Industriales, y así debutó con el Cuba en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe, los de 1982 en La Habana, donde, literalmente, arrasó entre los de su posición.
Aunque nunca fue pitcher de Mundiales ni Olimpiadas, eso no le quitó el sueño jamás, siguió su sacrificada vida deportiva, hasta que un buen día, sin explicaciones de ningún tipo, terminó lanzando en ligas de Japón y Nicaragua, víctima de uno de los episodios más opacos de la historia del beisbol cubano. Pasaron los años y con más de 40 volvió a las Series Nacionales, a continuar su trabajo con los Leones, a quedar campeón con el equipo de su vida y a terminar de sudar en el montículo con el conjunto que debutó.
Hoy Lázaro se mantiene en el lugar que se hizo pitcher con la ayuda del gran Andrés Ayón. El estadio 50 Aniversario, antes conocido como DELSA, ha sido observador de una parte de la carrera como atleta de un pelotero insignia de la capital, que se mantiene allí, inmerso desde hace varios años en su función de manager. Ha dirigido equipos del Ministerio del Interior y desde hace varias temporadas comanda en la Serie Provincial al elenco de Plaza de la Revolución, que ya no es el sotanero de antaño.
Antes del inicio de la Serie Nacional pasada, De la Torre estuvo en el pequeño grupo de posibles sustitutos de Javier Méndez como director de Industriales. Aunque al final Víctor Mesa terminó haciendo las veces, fue la ocasión en que estuvo más cerca el 27 habanero de llegar al alto mando azul.
Mañana una nueva puerta se abrirá en su camino de llegar a ser el director de Industriales, cargo que, como ha dicho algunas veces, está dispuesto a ocupar sin pensarlo. El sanmiguelino será el mentor del equipo habanero en el Campeonato Nacional Sub 23 y él mismo sabe que lo que tiene en sus manos es una verdadera papa ardiente, puesto que en el pasado evento la selección capitalina quedó en un desastroso decimotercer lugar. No obstante, De La Torre armó un colectivo de trabajo con gente de su entera confianza y su misión más ambiciosa no puede ser, habla de quedar en el primer lugar.
Por lo menos yo, veo esa oportunidad como el puente que necesita para llegar a dirigir algún día Industriales. Arriesgo y digo hoy 1 de abril que Lázaro de la Torre sí llegará a ser el director de los Leones de la capital. Creo que ese puesto corresponde a alguien que haya sentido el uniforme de las doce letras, a alguien enteramente sacrificado por el beisbol y que viva para él, a una persona con mano dura, con decisiones fuertes, que imponga disciplina y haga entrar por la goma a un equipo complejo como Industriales y sus piezas.
De la Torre, ese es el tipo; hace rato que grita a voz en cuello que tiene la mayor disposición para “manichear” el equipo más difícil del país, que quiere dirigir Industriales, así de fuerte y claro, ¿por qué no lo escuchamos? (Pedro Villavicencio)
4 comentarios
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Este si merece y se ha ganado la oportunidad de dirigir a Industriales y mira que lleva años esperando su turno, jugó casi toda la vida para ese equipo y con excelente resultados, así lo reafirma sus más de 200 victorias y toda su valentía mostrada, además de ser un habanero puro de los pies a la cabeza, pero no, el problema no es merecer, el problema es preferencias, adulaciones, miedos, descaros, venir la orden de arriba, conceder caprichos, pisotear y varios etc mas por parte de quienes deciden y los que desean dirigir a Industriales.
Mi hermano, si tu pudieras ver un dia a ese negro como se faja todavia en el terreno. Y como lo mantiene. Pero machete en mano, no mandando desde el carro y con el aire acondicionado. Lo que pasa que es un mete pie del carajo, y como dice Abel, hoy son otros tiempos y los muchachos ya no asimilan ese metodo. Pero una cosa te aseguro, el que aguante a De la Torre y tenga talento, de seguro llega a La Gran Carpa, porque VM32 es un niño de teta al lado del negron. Si hubiese sido mambi, todavia estaria por España dandole machetazo a los panchos.
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Por el no es el “elegido”, ese si es un cubano de a pie, por eso no es el elegido…..
Pues mi criterio es que va a ser dificil que Lázaro sea el director de Industriales. Yo quisiera verlo en esas funciones. Nunca fui un seguidor de los Industriales, mis equipos eran los matanceros, pero tenía peloteros a los que siempre respeté y seguí en ese equipo, Lázaro de la Torre es uno de ellos. Un ejemplo de valor y de sacrificio. Nadie puede olvidar aquel play off contra Pinar en que cuando todos los jóvenes lanzadores se hicieron de la vista gorda cuando se pidió un abridor para el juego final, Lázaro dijo: Dame acá la bola. A pesar de haber lanzado casi todos los juegos y tener una lesión en una pierna. Los pelotreros de La Habana que más he admirado son Lázaro, Tabares, Vargas, Capiró, Marquetti y Medina. Pero como dije, veo dificil que Lázaro pueda dirigir a Industriales, es un tipo que a muchos no les conviene porque no transige con malcriadeces ni sociolismos y tiene mucho criterio e impone disciplina como sea. Aunque ahora que VM dirigió a Industriales, quizás sus posibilidades hayan aumentado, él mismo dijo en una entrevista que no entendía que no lo pusieran a él si al final él era tan “imperfecto” como VM, no exactamente esas palabras pero la idea era la misma. En fin, ojalá que algún día lo nombren director de Indus, si hay un pelotero de La Habana que lo merece y el equipo lo necesita como director, es él.