Luis Giraldo Casanova, “El Señor Pelotero”

¡GRACIAS, SEÑOR PELOTERO!

En un triste día de diciembre del año 1974, llegué a la Unidad Militar 2533. Y digo triste día, porque si mi destino no se hubiera torcido totalmente, debería estar en Bakú, recibiendo clases en la Facultad de Física de la Universidad Estatal de Azerbaiyán. Pero durante mi travesía de vacaciones a Cuba, tuve un infausto desencuentro con otro estudiante del que fui totalmente culpable y, como resultado, mi beca fe revocada.

Era esta una unidad de Artillería perteneciente a la UM 1700, ubicada en territorio de Guanabacoa. Sus efectivos se nutrían de los municipios colindantes y especialmente de jóvenes provenientes de Pinar del Río. En el caso de mi pequeña unidad (unidad de exploración subordinada al EM del Regimiento), los soldados eran mayormente de Ovas, Cabañas y Bahía Honda.

Las actividades militares, especialmente estrictas en la etapa de preparación para el Juramento Militar, dejaban poco espacio para las actividades deportivas. No obstante, durante algunas tardes, acudíamos al terreno de pelota q se encontraba a la entrada de la Unidad, frente por frente al Estado Mayor del Regimiento. Los amantes del beisbol acudíamos allí para jugar entre sí… Desde el primer momento se destacó un moreno, delgado, pero con una fuerza descomunal en el bateo, quien con facilidad hacía perder las pelotas entre los matorrales que quedaban más allá de los límites del terreno de juego.

Un buen día, el extraordinario bateador desapareció como mismo había aparecido, como arte de magia. Nunca conocí su nombre; sí que había sido liberado de pasar el SMO por licencia deportiva. Debería de haber cumplido en ese tiempo 18 o 19 años, la edad q tenía la inmensa mayoría de los reclutas q se incorporaban al servicio activo en las FAR.

Siempre quedé con las dudas de quién era esa extraordinario bateador que paralizaba el juego por faltas de pelotas perdidas por jonrones descomunales….Tenía mis dudas, hasta q hace poco tiempo el amigo Amaya nos confirmó las sospechas que ya yo tenía de siempre: el recluta q nunca juró bandera en esa UM ubicada en el poblado de Minas, era el extraordinario Giraldo Casanova, uno de los más grandes peloteros que hayan pasado por nuestras Series Nacionales. Sus combates no iban a ser con las armas militares, sino con las armas deportivas, donde llegó a alcanzar los grados de General.

Hace poco tuve el privilegio y la satisfacción de intercambiar unas palabras con este extraordinario atleta y persona, gracias a la gestión del hermano Amaya y a la deferencia de una persona humilde, pero tan amable y asequible, como es el bien bautizado con el sobrenombre de “Señor Pelotero”.

En este día tan especial, reciba Casanova nuestras más sinceras felicitaciones y los deseos de una larga, saludable y feliz vida. Gracias por que nuestros destinos se entrecruzaran, y permitirme disfrutar desde su más temprana edad, disfrutar de su juego sin par, y hacer olvidar por momentos los extraordinarios dolores físicos y emocionales que me embargaban por esos tiempos. Lo hago a través de nuestra página, pero espero fervientemente hacerlo personalmente en algún momento de la vida. Se lo debo.

Desde la distancia le reitero que usted fue una medicina para mí, y que siempre desee agradecerle por ello. Lo hago ahora, aunque haya tenido que esperar 44 años para ello. ¡Disculpe por la tardanza, pero más vale tarde que nunca!…!Que viva el beisbol, que hasta medicina es!…!Y viva usted, que simbólicamente es un médico del espíritu!